Termina un nuevo curso, curso 23/24, otro curso intenso, duro en lo profesional y personal, y son muchos ya los que uno lleva a sus espaldas. Hace poco una compañera, y gran amiga, me contaba que me ha visto cambiar a lo largo de estos nueve cursos, que he perdido esa alegría y energía con la que llegué, ese aire fresco que traje, y que en los últimos 4 años he entrado en una dinámica de trabajo brutal que me ha hecho cambiar tanto el carácter como el aspecto físico… y quizás tenga razón, quizás sea momento de parar y reflexionar mucho.

Ciertamente es mucho el trabajo hecho, creando contenido y compartiéndolo con gran ilusión. He de destacar la gratitud de muchísimo alumnado mío y del resto de España que utilizan los contenidos creados, así como la gratitud de otros muchos profesores que deciden perder su tiempo en valorar el trabajo realizado cuando solicitan que lo comparta y que agradezco enormemente, así como el reconocimiento de las empresas a una forma de trabajar que busca el aprendizaje autónomo en el alumnado.

Un año, además, en el que he visitado muchos países de Europa y he aprendido muchísimo, experiencias maravillosas, personas increíbles, formas diferentes de trabajar y entender la vida. Hace tres años empecé a construir la internacionalización del centro en la FP. Una aventura apasionante pero un esfuerzo terrible.

Por otro lado, un curso en el que he realizado ponencias sobre mi metodología basada en proyectos, en retos y gamificaciones, he tenido el privilegio de poder participar en en las jornadas de “FP visible FP de calidad”. Igualmente he coordinado proyectos de innovación para la Consejería, acreditas, certificados de profesionalidad, coordinación de proyectos de emprendimiento y espíritu emprendedor… un no parar, que poco a poco va haciendo mella en mi cuerpo y mente.

Agradecer a mis compañer@s de locuras el estar ahí siempre y a esos alumnos que me han dado tanto y por los que hago todo esto.

Aunque aún me queda un mes por las opos (lo que me faltaba para este curso intenso) llega el verano y es momento de parar, reflexionar y tomar decisiones, el cuerpo me lo pide, y la cabeza me lo exige.

¡Feliz verano!

¡Nos vemos a la vuelta!