Editado por Cristóbal Castillo Morales. ISSN 2660-549X. Registrado en la Propiedad Intelectual de la Junta de Andalucía número 04/2021/4191
La gestión financiera es uno de los ejes centrales de la administración de cualquier empresa. Consiste en planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos financieros con el objetivo de garantizar la rentabilidad, liquidez y solvencia de la organización. Desde la perspectiva del módulo Proceso Integral de la Actividad Comercial, esta gestión se vincula estrechamente a la contabilidad, la tesorería y el control de los cobros y pagos, formando parte esencial del ciclo económico de la empresa.
El objetivo principal de la gestión financiera es optimizar el uso de los recursos económicos disponibles. Esto implica:
Asegurar la liquidez necesaria para atender compromisos a corto plazo (pagos a proveedores, salarios, impuestos, etc.).
Controlar el equilibrio financiero, evitando tanto el exceso de endeudamiento como la falta de financiación.
Maximizar la rentabilidad del capital disponible, mediante una correcta asignación de los fondos.
Planificar y anticipar necesidades futuras de financiación e inversión.
La gestión financiera se apoya en diversas herramientas, procesos y documentos contables que permiten llevar un control riguroso de las operaciones económicas. Entre los más relevantes, destacan:
a) Presupuesto de tesorería
Se trata de una previsión a corto plazo que recoge las entradas y salidas de efectivo estimadas. Es fundamental para detectar anticipadamente posibles déficits de liquidez y tomar decisiones como solicitar financiación, aplazar pagos o anticipar cobros.
b) Flujo de caja
El flujo de caja (cash flow) permite conocer el movimiento real del dinero dentro de la empresa. Es esencial para monitorizar la liquidez operativa y prever la capacidad de respuesta ante imprevistos.
c) Ratios financieros básicos
Algunos indicadores clave que el alumnado debe identificar y manejar en su interpretación financiera son:
Ratio de liquidez: mide la capacidad de pago a corto plazo.
Ratio de endeudamiento: evalúa el peso de la deuda sobre los recursos propios.
Rentabilidad económica y financiera: permiten analizar el rendimiento de la actividad.
d) Control presupuestario
Consiste en comparar los resultados reales con los presupuestados, permitiendo detectar desviaciones y aplicar medidas correctoras. Este control es una fuente de aprendizaje contable continuo.
Una correcta gestión financiera no solo registra lo ocurrido, sino que permite anticipar decisiones clave, tales como:
Elegir entre diferentes fuentes de financiación (bancaria, leasing, crédito comercial…).
Decidir si realizar inversiones a largo plazo o mantener liquidez.
Negociar condiciones de pago y cobro con clientes y proveedores.
Reducir costes financieros mediante una mejor gestión del calendario de pagos.
Este aspecto interdisciplinar, que conecta finanzas, contabilidad, fiscalidad y relaciones comerciales, es precisamente lo que caracteriza el enfoque integral del módulo.
La gestión financiera incluye la planificación y control de los cobros y pagos, que no son solo operaciones mecánicas, sino decisiones estratégicas que afectan a:
La tesorería diaria de la empresa.
La reputación financiera ante terceros.
La relación con entidades financieras, que valoran la estabilidad de flujos y solvencia.
La prevención de la morosidad y la necesidad de provisiones por insolvencias.
El registro contable de estas operaciones (mediante cuentas como 430, 570, 572, 410, 401, 520, 661, etc.) proporciona información actualizada y esencial para evaluar la situación económica y tomar decisiones acertadas.
En el contexto de una empresa simulada (como la trabajada en el módulo), la gestión financiera se concreta en tareas reales que el alumnado puede practicar:
Elaboración de presupuestos y previsiones de tesorería.
Registro de operaciones de cobro y pago con su documentación justificativa.
Análisis de resultados financieros para valorar decisiones comerciales.
Propuesta de mejoras en la política de crédito o cobro a clientes.
Esto permite desarrollar competencias técnicas (manejo de documentos contables, hojas de cálculo, software de gestión) y también habilidades blandas como la toma de decisiones razonadas, el trabajo en equipo y la visión estratégica.
La gestión financiera no se limita a controlar lo que entra y sale de caja, sino que es una función transversal que ayuda a mantener la estabilidad de la empresa, orientar las decisiones futuras y garantizar el cumplimiento de las obligaciones comerciales. En el módulo Proceso Integral de la Actividad Comercial, este enfoque se traduce en la capacidad del alumnado para comprender el flujo económico completo de una empresa, integrar la contabilidad en la toma de decisiones y gestionar los recursos de forma responsable y eficaz.
CONTABILIDAD DE LOS EFECTOS.
CONTABILDIAD DE LOS PRÉSTAMOS.
CONTABILIDAD DE LAS PÓLIZAS DE CRÉDITO.
CONTABILIDAD DEL CONFIRMING.