CURSO SOBRE EL SISTEMA DE FORMACIÓN PROFESIONAL EN FINLANDIA. OCTUBRE DE 2023.
Después de una semana visitando centros de FP, aprendiendo la cultura finlandesa, se pueden sacar varias conclusiones, tanto positivas como negativas y voy a intentar transmitir las principales ideas y conclusiones.
¿Cuál es el secreto del éxito de la FP en Finlandia? Bueno, antes de responder a esa pregunta tengo que decir que el sistema de FP finlandés es el sistema perfecto para Finlandia, porque va en perfecta consonancia con su forma de vida, con su cultura y su religión, por lo que si nos preguntamos si sería extrapolable a nuestra realidad, la respuesta día que no, rotundamente no, y luego me detendré más en esto.
¿Cuáles son las claves del éxito en Finlandia? Pues vamos allá:
Para empezar, la educación es gestionada por la Agencia Nacional de Educación, organismo al que pertenecen unos 300 docentes y encargada de organizar el funcionamiento de todo el sistema educativo, encargada de establecer los diferentes currículum, etc. Los políticos aprueban lo que sale de la Agencia Nacional de Educación, por lo que la “mano política” no entra en la educación y éste es el principal motivo de éxito.
En segundo lugar, se le da una autonomía total al profesorado, se confía en él, en su trabajo, por lo que no existe la figura del inspector. En Finlandia no existen inspectores que lastren nuestro trabajo en la FP. Toda esta autonomía es algo que se trabaja desde las etapas inferiores y también esta muy presente en su religión luterana.
Y en tercer lugar, desde la base, desde las etapas inferiores, trabajan en el desarrollo de la autonomía, el trabajo en equipo, el respeto, el aprender a aprender, etc. habilidades que les ayudarán en su formación en la FP. Fijaos que incluso a los 14 o 15 años han de crear una empresa real (dentro de su formación en los institutos) que gestionarán a lo largo del curso y para ello tienen recogido en su ordenamiento jurídico un tipo de sociedad para estos jóvenes alumnos, eso si que es emprendimiento ¿no creéis?
Como podéis ver, los tres primeros motivos o claves de su éxito hacen que su sistema educativo, en lo que respecta a la FP, no pueda ser replicado en un país como España, pero continuemos.
Entrando ya en la educación propiamente dicha, el sistema de FP finlandés se basa en una serie de ideas que quedan resumidas en las siguientes frases:
“Lo que importa es la competencia, no la forma de alcanzarla”.
“La educación no se mide en tiempo, sino en competencia”.
"En el saber hacer estan los conocimientos teóricos".
Estamos ante un “sistema competencial”, obsesionado por desarrollar y valorar las competencias de los estudiantes. En este aspecto, la empresa juega un papel fundamental y participa en este desarrollo y valoración de competencias pero sin recibir ayudas por contar con alumnado en formación, ellos ya ven la ventaja en poder contar con futuros trabajadores que son formados por ellos según su filosofía.
La FP en Finlandia son 3 años pero, como decía anteriormente, el tiempo no importa tanto, un alumno puede terminar en tres años, en dos, en uno o en más, depende del desarrollo de sus competencias. Dentro de los centros se realizan las acreditaciones de las competencias que traen los alumnos antes de entrar o a lo largo de sus estudios, ya que si trabajan en verano y desarrollan competencias, esas serán reconocidas aún estando en pleno proceso de estudio, recordad, no se mide en tiempo, sino en competencia. De la misma forma un alumno puede comenzar sus estudios una vez comenzado el curso o realizar los módulos que estime oportunos (¿os suena? Lo mismo que aparece en nuestra nueva Ley de FP).
Igualmente, los centros imparten enseñanzas por las tardes para alumnado que vienen de la empresa y que necesitan reciclarse o mejorar competencias para sus trabajos, incluso las empresas proponen la formación al centro para sus empleados (¿os suena también? Efectivamente, en nuestra nueva Ley de FP también aparece algo así). En este sentido es importante mencionar que el profesorado no entra por oposición, sino que viene del mundo de la empresa y lo que sí realiza son cursos de pedagogía, ya que la práctica la tienen de su experiencia en el mundo de sus trabajos.
¿Y cómo hacen que todo esto sea posible? Pues porque el sistema es tremendamente FLEXIBLE y gracias, sobretodo, a su SIMPLICIDAD. Cuando ves como se estructura un módulo se ve que es de una simpleza absoluta, cada módulo está unido a unas competencias y estructurado en 5 partes, valoradas de 1 a 5 (no so notas que ponen, son niveles se competencia) en la que todas las puntuaciones son positivas. En la estructura del módulo módulo, cada puntuación está ya unido a unos criterios de evaluación y si demuestran que los alcanzan tienen ya directamente su nivel competencial. Ellos no conciben que no se alcancen las competencias porque la educación no se mide en tiempo sino en competencia, recordad, y siempre se consiguen ¿y cómo es posible? Pues porque desde las etapas inferiores trabajan y preparan al alumnado para ser autónomos, para trabajar en equipo, para aprender a aprender, por lo tanto, cuando llegan a la FP o al bachillerato están educados y solo se centran en formarlos, y la formación pasa a ser tremendamente EFICIENTE.
Con esta flexibilidad y simplicidad se consigue que todo este engranaje funcione. Ciertamente es difícil de encajar en nuestra mente ya que nosotros tenemos un sistema tremendamente inflexible, complejo. En España tenemos Ciclos Formativos formados por módulos estructurados en Resultados de Aprendizaje y en Criterios de Evaluación, pero luego tenemos las cualificaciones profesionales y certificados de profesionalidad formados por módulos formativos divididos en unidades de competencia y realizaciones profesionales, dos mundos que en Finlandia no existen, quedando todo en una única formación, por ello la facilidad de acreditar y reconocer competencias. Todo muy simple, todo muy flexible.
¿Y todo es positivo? Pues no, “el abuso” de esa idea de que todo gira entorno a la parte práctica (recordad la idea de que en el “saber hacer” está el conocimiento teórico) hace que el alumnado se forme en la empresa excesivamente (un alumno puede terminar su FP haciendo una dual de un año en una empresa y habiendo acreditado los otros dos años) y nos comentaban algunos profesores que esos alumnos pierden el conocimiento de cómo se trabaja en otras empresas, salen muy bien preparados para una empresa pero no para trabajar en otras, una crítica que nos hicieron de su propio sistema y que compartimos.
Además de todo esto, mencionar otras cosas como que un profesor tiene 1.500 horas de trabajo de las que el 70% son de docencia y el resto de tareas como de ser guía de los alumnos en su formación (cada alumno tiene un plan de formación personalizado que se revisa dos veces al año), tareas relacionadas con la acreditación de competencias, etc. Sus horarios son flexibles y pueden cambiar cada dos semanas (tanta flexibilidad ya es abusiva), no son cuestionados por nadie, se cree en ellos y en su trabajo.
Respecto a las prácticas formativas, durante los dos primeros cursos hacen practicas entre 6 y 7 semanas (son no remuneradas) y en el tercer año 5 meses, que serían las remuneradas. Aunque como he comentado anteriormente, pueden hacer un año entero de formación en una empresa (remunerado como un puesto de trabajo) y conseguir el título porque ya han demostrado la competencia necesaria para convalidar el resto de cursos.
Como podemos ver, son muchas las cosas que nuestra nueva Ley de FP ha cogido del sistema finlandés y por eso mismo, ahora más que nunca, tengo claro que no será un éxito rotundo, y no porque no crea en lo que viene recogido en ella, que creo y me gusta mucho, me parece un cambio que se tenía que hacer y suscribo todo lo que viene recogido en la nueva Ley, me gusta, mucho, pero nosotros no tenemos esa formación de base, no tenemos esa flexibilidad, esa simplicidad, no tenemos el tejido empresarial, no tenemos esa mentalidad y sobretodo y tenemos algo que frenará su desarrollo, el desconocimiento absoluto de la FP por parte de cuerpos de inspección, equipos directivos y de la sociedad en general. Vamos a tener una muy buena Ley de FP pero sin tener las circunstancias necesarias para que se lleve a cabo de una manera eficiente, se conseguirá el éxito pero con tiempo, con cambio de mentalidad de todos los agentes implicados, llevará su tiempo, quizás más del que, a priori, imaginamos, pero desde nuestra situación en la cadena trataremos de seguir formando a los profesionales del futuro y luchando porque esta nueva Ley empiece a cambiarlo todo. La lucha merecerá la pena.